CALEFACCION

¿Cómo seleccionar el sistema de calefacción adecuado para mi casa o negocio?

 

Muchos consideran que diseñar un sistema de calefacción empieza con el asesoramiento por parte de un ejecutivo de cuentas  sobre que caldera precisamos  y si va a ser por Radiadores o Piso Radiante.

 

¿Cómo vamos a climatizar nuestros ambientes, en propiedades nuevas? todo comienza mucho antes de elegir el sistema de calefacción; aquí es conveniente recordar que todo ahorro mal efectuado al momento de la construcción repercutirá en el uso y confort de nuestros ambientes lo que ocasionara un aumento en lo que se paga por usar la calefacción. Sin dudas  el momento de elegir los materiales constructivos, los cerramientos D.V.H, Aislantes térmicos y acústicos, ladrillos energéticamente eficientes, cantidad de superficie vidriada en la propiedad, orientación de la casa, etc. Son todos factores que nos ayudaran a mejorar notablemente la eficiencia con que  nuestros ambientes se mantienen agradables cuanto más eficientes sean menor será el gasto de combustible. Y de materiales al momento de elegir el sistema de calefacción.

 

Luego de esto entonces si podemos entrar de lleno en elegir nuestro sistema de calefacción, para esto es importante hacer un buen balance térmico, ya que nos dirá, desde que tipo de caldera es la más conveniente, hasta la cantidad de elementos en caso de elegir radiadores o metros lineales de caños para piso radiante.

 

Al momento de elegir los materiales de tendido hidráulico es conveniente hablar y asesorarnos con un experto en calefacción, si bien es habitual que esto se termine haciendo por parte de un Plomero, no es lo recomendable debido a que la calefacción tiene cuestiones técnicas, físicas y químicas que no todos los plomeros conocen.

 

Un tema no menor es el uso de termostatos, es fundamental su instalación ya  que los mismos contribuyen a un ahorro sustancial de energía, que supera el 15%

 

¿ Que son los disipadores calóricos y cual nos conviene?

 
 Piso  radiante por agua

Consiste en una red de tuberías que discurrirán por el interior del piso de la casa, a través de ellas circula agua caliente, aumentando de esta forma la temperatura del piso y calefaccionando la vivienda.

Al contrario que los radiadores, en el caso del piso radiante la superficie de emisión térmica es mucho mayor (todo el piso de la vivienda), por lo tanto no se requieren temperaturas tan elevadas para distribuir la misma potencia térmica.

La utilización de agua a baja temperatura tiene ventajas en la eficiencia energética debido a que las pérdidas de calor son menores, y además el sistema es compatible con la utilización de determinadas tecnologías de generación térmica muy eficientes (bomba de calor, energía solar…)

Al contrario de lo que mucha gente piensa, el piso radiante por agua no está asociado a ningún sistema de calentamiento de agua concreto, puede utilizarse con los siguientes:

Calderas: pueden usarse de todo tipo (gas, gasoil, biomasa, etc…) aunque los rendimientos serán diferentes dependiendo del combustible utilizado.

Bombas de calor: tanto aire-agua como geotérmicas, agua-agua, etc. En este caso encontraremos rendimientos bastantes buenos y sin el problema de suministro y almacenamiento de combustibles, aunque la tecnología de geotermia para la zona pampeana no es aconsejable aun, debido a la alta inversión inicial.

Energía solar: cuando la misma está bien dimensionada se convierte en un excelente apoyo al  sistema principal de generación térmica, disminuyendo el consumo del mismo los días que, aun siendo fríos, se puede aprovechar la radiación solar.

 

Por experiencias de usuarios, sabemos que el inconveniente principal de este tipo de sistemas de calefacción por piso radiante es la “entrada en régimen” del mismo. Si se está acostumbrado a una calefacción por radiadores y caldera donde al poco tiempo de encenderla se nota su efecto, podemos sentirnos un poco decepcionados con el piso radiante ya que el calentamiento “desde cero” es más lento, debido a la limitación de la temperatura que puede alcanzar el propio piso.

 

En el caso del piso radiante se hace más importante contar con un sistema de control algo más avanzado que un simple termostato, con un controlador adecuado se puede configurar de forma que anticipemos a las condiciones de frío y contar en todo momento con una situación de confort adecuada.

El Dato curioso: los  sistemas de piso radiante tiene su origen en el Hipocausto, un sistema romano de hace más de 2000 años.

 

Radiadores para calefacción:

La calefacción caldea la casa mediante una caldera, que calienta agua que circula por tuberías (ideal que sean diseñadas para tal fin) que conectan los radiadores adecuadamente repartidos. Estos dispositivos son intercambiadores de calor concebidos para elevar la temperatura de una estancia. Una bomba de circulación impulsa el agua caliente procedente de la caldera hacia estos dispositivos.

Cuando se descubrieron los radiadores se suponía que el calor se intercambiaba por radiación (propagación de energía en forma de ondas electromagnéticas o partículas subatómicas), de ahí la palabra. Pero este fenómeno, a grandes rasgos, solamente es cierto en los casos en los que la temperatura superficial supera los 70º C. Hoy, sé sabe que la mayor parte del tiempo el calor se intercambia por convección, ya que debido a la generalización de los sistemas de regulación los radiadores no suelen alcanzar tanta temperatura.

La convección es una transferencia de calor que se caracteriza por producirse a través de un fluido (aire o agua) que transporta el calor entre zonas con diferentes temperaturas. Así, el aire de una habitación, al calentarse, aumenta de volumen de modo que disminuye su densidad y asciende, desplazando el fluido que se encuentra en la parte superior y que está a menor temperatura. Convección en sí es el transporte de calor por medio de las corrientes ascendente y descendente del fluido.

Aunque a veces se utilicen como sinónimos, un radiador y una estufa se diferencian en que en el primero no existe producción de energía, mientras que en la segunda sí. El radiador únicamente disipa el calor que le llega de las tuberías por las que circula agua previamente calentada en una caldera.

La cantidad de calor disipado varía según la diferencia de temperaturas existente entre la superficie del radiador y el ambiente a su alrededor. También es diferente según el tamaño de la propia superficie en contacto con ese ambiente. Si la superficie de intercambio es grande y existe gran diferencia de temperatura el intercambio será mayor.

Pero de poco sirve purgar un radiador si éste pierde agua. Por este motivo, lo primero que hay que hacer es asegurarse de que no hay fugas.

Para que los radiadores se mantengan en buen estado sólo es necesario limpiarlos con frecuencia para impedir que el polvo y la grasa se acumulen sobre ellos.

Estos sistemas de calefacción se encuentran entre los más empleados para el confort hogareño.

Entre las ventajas que representa la calefacción con radiadores, se destacan que permite una fácil regulación del calor mediante la instalación de uno o varios termostatos. Además, ofrece un calor saludable, máxime si se compara con sistemas de aire, poco aconsejables para las personas con problemas alérgicos o respiratorios.

 

Los radiadores precisan pequeñas labores de mantenimiento que básicamente consisten en un purgado periódico. Mediante esta tarea se vacía el aire que haya podido entrar en la red de tubos y que podría impedir o dificultar la entrada de agua caliente a los elementos que conforman el circuito. Cuando el aire se elimina, el nivel de agua sube y el radiador vuelve a funcionar perfectamente.

Cuando un sistema de radiadores pierde presión (NO HAY QUE PONERLE AGUA) es aconsejable llamar un técnico que resuelva el problema de perdidas, ya que, al ponerle agua, en zonas de “agua dura”, provocará la avería de la caldera y un déficit sustancial en el rendimiento de los radiadores.

 

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